domingo, 13 de julio de 2008

CHIAPAS

-En San Cristobal de las Casas, tiempos de desaforada construcción y destrucción.

-Pueblos zapatistas se oponen a invasión de tierras por mineras


-Zapatistas
acusan de hostigamiento a edil de Huitepec

-Acusan a alcalde de San Cristóbal de las Casas de comprar apoyo para despojar a zapatistas

En San Cristóbal de las Casas, tiempos de desaforada construcción y destrucción

Hermann Bellinghausen (Enviado la jornada)

Huitepec, Chis. 11 de julio. El crecimiento urbano de San Cristóbal de las Casas es uno de los más altos del país. Esto se debe a la combinación difusa de obra pública e inversión privada; a la especulación inmobiliaria en el centro histórico, donde el precio de la propiedad no deja de crecer. Y a la extraordinaria migración interna de indígenas de todos los Altos, particularmente Chamula, lo cual convierte a la ciudad en un crisol de la lucha de clases, algo que apenas logró entrever Rosario Castellanos.

Una ciudad turística, de veraneo, con ofertas para el cotorreo. Profusamente estrellada en las guías turísticas. Una clase propietaria reducida, heredera de quienes poseyeron hasta hace pocas décadas no sólo la ciudad, sino buena parte de los territorios indígenas que la rodean y donde hoy los pueblos son libres y dueños de su tierra.

Aun ahora que la clase propietaria (o cashlán) ha perdido ranchos y fincas, sigue en poder de los edificios del centro, donde están los bancos, el comercio, hoteles, restoranes y casas habitación. También han sido, sin interrupción, dueños del poder político. Suyos son los terrenos periféricos, las máquinas que construyen sobre humedales y en bosques los nuevos fraccionamientos y unidades habitacionales.

Sin embargo, la ciudad nunca fue más indígena que ahora. La pesadilla atávica del cashlán. El prócer coleto Flavio A. Paniagua, que da nombre a una céntrica calle, escribió en el semanario La Brújula en 1869: “La raza indígena es un enemigo jurado de la raza blanca. Hay que estar prevenidos y preparados para la guerra contra el indígena, ya que, de lo contrario, la esposa tierna, la querida hermana, perecerán a manos de aquellos bárbaros después de corrompidas; que los hijos serán víctimas sangrientas, mutiladas; que rodará la cabeza del anciano padre bajo el rudo golpe del chamulteco”. (Citado por Lucas Ruiz Ruiz en el libro El jchi’iltik y la dominación jkaxlán en Larráinzar, 2006).

A la vez que chamulas y zinacantecos disputan espacios urbanos, los coletos ensanchan sus negocios a costa de las comunidades originarias. Entre semana, la circulación de camiones de volteo y maquinaria colapsa durante horas los cruceros del anillo periférico. En San Cristóbal se construye y destruye a una misma velocidad desaforada. De unos cerros sale la arena de las calles y carreteras; de otros el agua, que se cotiza bien últimamente. De donde se puede salen fraccionamientos. De todas partes sale basura. Y ahora hay proyectos mineros.

El Huitepec, cerro emblemático de la ciudad, no sólo es de agua y tierra buena. También ha sido, durante siglos, el lugar donde habitan como campesinos diversos pueblos tzotziles, a quienes les han caído varias conquistas desde que llegó el primer auténtico coleto, Diego de Mazariegos. Nómadas o no, vestidos o desnudos, pueblos mayas que aprendieron a coexistir con los conquistadores y predicadores que devendrían colonizadores, y al final patrones. La Iglesia les enseñó a vestirse y el Estado les impuso ropas y colores para identificarlos y diferenciarlos (y sin querer inventó los “trajes regionales” de la hoy más fuerte que nunca identidad indígena).

En el Huitepec existen siete poblados que derivaron en secciones y barrios. Estos tzotziles han vivido relativamente alejados de la muy vecina ciudad. En años recientes experimentan la presión privatizadora de las trasnacionales refresqueras y los fraccionadores. Casi todas las comunidades han aceptado vender extensiones variables de terreno a particulares, con la ayuda del Procede o sin ella. Siendo propiedad comunal y ancestral, los papeles agrarios son confusos y sólo San Felipe Ecatepec los tiene en regla.

Cuando se recorre el área del Huitepec saltan a la vista letreros de “se vende”, sobre todo en Los Alcanfores. Ya hay residencias. En las faldas, la urbanización es un hecho. Proliferan grandes bodegas para los tráileres que contribuyen al cerco automovilístico de la otrora llamada Ciudad Real (valga la ironía retroactiva).

La reserva ecológica establecida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en marzo de 2007 se localiza en las lomas de Huitepec Ocotal Segunda Sección, donde los indígenas son bases de apoyo zapatistas. El área protegida, de 102 hectáreas, no pertenece a ninguna de las comunidades. En ello, y en su valor biótico, se fundamenta la determinación zapatista de “reservarla” con fines ambientales y comunitarios. Y la del gobierno para decretarla también área natural protegida. Mientras acecha, voraz, la ciudad.

http://www.jornada.unam.mx/



Pueblos zapatistas se oponen a invasión de tierras por mineras

Rechazan las concesiones otorgadas a empresas como la canadiense Radius Gold o a la mexicana Geonorte.

Hermann Bellinghausen, enviado
Publicado: 13/07/2008 13:08

San Cristóbal de las Casas, Chis. Comunidades y barrios tzeltales de los municipios Amatenango del Valle y Venustiano Carranza denunciaron “a las empresas canadienses que quieren invadir nuestros territorios”, en particular a Radius Gold y su franquicia mexicana Geonorte.

“Sabemos que la minería trae contaminación de nuestra tierra y nuestros arroyos y ríos. Causa muchas enfermedades y la muerte de nuestros pueblos. Provoca división entre pobres, violación de derechos humanos y de nuestra dignidad como pueblos indígenas, gastando miles de litros de agua y consumiendo grandes cantidades de energía eléctrica”, dijeron.

En el barrio La Grandeza, en Amatenango del Valle, se reunieron miembros de la red de resistencia civil La voz de nuestro corazón, adherentes de la otra campaña del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de las comunidades Madronal, Benito Juárez, Amatenango cabecera, barrio Cascajal, y de Aguacatenango (Venustiano Carranza).

Allí redactaron a mano una declaración que reprueba las concesiones del gobierno federal a los buscadores de oro:

“Sabemos que la mayoría de las aproximadamente 500 mil hectáreas con concesión minera en Chiapas pertenecen a empresas canadienses que operan a través de empresas mexicanas. Como es el caso de Radius Gold, que tiene más de 50 mil hectáreas en Chiapas”.

Expresaron su solidaridad a “los compañeros de Cruztón (Venustiano Carranza), sabemos de la situación que han estado viviendo; tienen derecho a defender sus derechos”.

Se refieren a la comunidad tzotzil, también de la otra campaña, despojada de sus tierras por la Policía Estatal Preventiva y un grupo de particulares en junio pasado, precisamente en un área donde la explotación minera de Radius Gold pareciera inminente.





Zapatistas acusan de hostigamiento a edil de Huitepec

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Hermann Bellinghausen, enviado
Publicado: 12/07/2008 12:54

Huitepec, Chis. “Vamos a resistir cualquier intento de desalojo. Estamos dispuestos a defendernos porque es tierra de nuestros pueblos”, declara el campesino, que habla rodeado por unos 25 indígenas con pasamontañas, que asienten.

En cualquier momento, advierte, “la guardia se puede aumentar a cien o las personas que hagan falta”. Lo ha hecho ante hostigamientos como los sufridos en las semanas recientes por órdenes del presidente municipal de San Cristóbal de las Casas, Mariano Díaz Ochoa.

A un año y cuatro meses de establecida la reserva ecológica zapatista en la parte alta del cerro Huitepec, ¿cuáles han sido los resultados? ¿Los hay? El representante de las bases de apoyo del EZLN en la comunidad Huitepec Ocotal Segunda Sección responde:

“Claro. Los animalitos ya no se espantan. Se asoman las ardillas, los armadillos. Están regresando porque nadie los molesta. Hasta un tigrillo volvimos a ver, hará poco. Y los árboles se tupieron. Antes, del robledal, las gentes sacaban leña; ya no. Hemos quitado los basureros que dejaban los vecinos de las residencias privadas”.

La guardia zapatista “diario caminaalrededor de la reserva de 102 hectáreas, y ha logrado impedir el saqueo de madera y agua, así como cualquier clase de cultivo.

az Ochoa acudió la última semana de junio a Huitepec Ocotal Segunda Sección. Se renunió con los priístas y les ofreció pavimentar el camino “a cambio de que firmaran el acta del desalojo. Y si no lo haan, no les daba la obra”, dice el zapatista en uso de la palabra.

En la vecina Los Alcanfores, algunas personas “compran barato a los campesinos y luego venden en lotes con suministro de agua”. Sólo que el agua ofertada a los compradores (de la ciudad o extranjeros) por el fraccionador Alejandro Cabrera proviene del manantial de la reserva zapatista, y al estar protegido, ha dejado de ser accesible para sus negocios.

“Estas tierras no son de nadie. Por eso les pertenecen todos y tenemos que protegerlas y defenderlas, para que no las acaben”, puntualiza.









■ Condiciona la realización de obras para las comunidades a cambio de “complicidad”

Acusan a alcalde de San Cristóbal de las Casas de comprar apoyo para despojar a zapatistas

■ Mariano Díaz Ochoa “prepara el terreno para legitimar la violencia”, aseguran pobladores

Hermann Bellinghausen (Enviado)

San Cristóbal de las Casas, Chis., 8 de julio. Habitantes de la Sección III Las Palmas, una de las comunidades del cerro Huitepec, confirman con su testimonio que el gobierno municipal priísta de Mariano Díaz Ochoa sostiene una campaña de “garrote y zanahoria” hacia las comunidades. La intención es obligarlos a respaldar el desalojo forzado de las bases de apoyo zapatistas en la reserva ecológica que éstos protegen en 102 hectráreas del generoso cerro sancristobalense.

Según el testimonio divulgado por Indymedia Chiapas, el domingo 6 de julio los pobladores de Las Palmas fueron convocados a una asamblea comunitaria, algo inusual, pues la anterior había sido apenas el domingo anterior. “Rápido entendimos, porque ya conocemos la estrategia del mal gobierno en su guerra de baja intensidad: crear divisiones entre los pueblos zapatistas y sus vecinos directos, comprando la ayuda de los últimos para justificar su posterior entrada armada”.

Añaden: “entendimos la manipulación que el alcalde intentó en la Sección III. Se nos hizo claro que la asamblea de la semana pasada empezó el proceso”. Y detallan que el 29 de junio, la comunidad discutió qué obras públicas “iba a permitir el gobierno” este año. De las dos propuestas (mejoramiento y ampliación de la red de luz pública, o construcción de caminos pavimentados), se eligió la primera, “reconociendo también la gran necesidad de la segunda. Ni modo, tuvimos que eligir”.

El lunes 30 tuvo la comunidad una entrevista con el edil para comunicarle la decisión. “Ahora nos enteramos del chantaje que impuso Díaz Ochoa a la comunidad, que ya lleva tres años pidiendo los trabajos de la Comisión Federal de Electricidad”. Los pobladores de Las Palmas identifican las tácticas contrainsurgentes del alcalde con el fin de obtener apoyo “para respaldar su intolerable política” de comunidades con necesidad de obra pública.

Este 6 de julio, la asamblea comunitaria se vio emplazada por el gobierno municipal a “decidir si aceptaríamos firmar en favor del desalojo de los zapatistas. Con cumplir esta condición, ahora sí veríamos empezar los trabajos tan necesarios para el pueblo”. Consideran esto “un juego infantil de las autoridades municipales, prometiendo recompensa o castigo”.

Acusan a Díaz Ochoa de intentar “comprar de antemano el silencio del pueblo Las Palmas, a través del cual tendrían que pasar los camiones de policías y militares el día que subieran a las antenas encima de San Cristóbal para quitar a los zapatistas de las tierras que ocupan, legítimamente, para protegerlas de las intenciones privatizadoras del gobierno”.

El grupo de “habitantes rebeldes” de la Sección III apunta que, “afortunadamente, la posición generalizada es no tomar parte en el conflicto, ni de un lado ni del otro”. Y se regocijan: “qué relajo al ver que la comunidad no cayó en la trampa oficial como sus vecinos de Los Alcanfores, quienes sí aceptaron las ventajas prometidas por el presidente municipal a cambio de su complicidad”.

Hubo “individuos” que “trataron de seducir a la demás gente” con los “beneficios materiales” en caso de apoyar al edil. “A pesar de su actitud agresiva, no lograron sus fines” y la Sección III sostuvo el acuerdo, expresado con anterioridad, “de no tomar parte en el conflicto, oponiéndose indirectamente al chantaje gubernamental”.

Sin embargo, “esta pequeña victoria”, dicen los testigos, “nos llama a ser más atentos aún ante los peligros que corren los zapatistas de la reserva del Huitepec”. El también empresario Díaz Ochoa “prepara el terreno para legitimar la violencia” contra los zapatistas. “Sus sucios tentáculos están ya moviéndose para dividir con el poder del dinero y del autoritarismo”, concluyen.

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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com