miércoles, 27 de mayo de 2009

LA ULTRADERECHA UNIDA DE MEXICO Y COLOMBIA



ALONSO TORRES ABURTO

Ultraderecha latinoamericana, ¡uníos!


El pasado 22 de mayo se publicaron dos noticias muy vinculadas entre sí y relacionadas con México y Colombia, países que se han convertido en verdaderos islotes ultraderechistas en este mar rojo latinoamericano (con sus respectivas tonalidades). La primera de ellas se refería a que Felipe Calderón, en respuesta a una invitación de Alvaro Uribe, hará una visita a Medellín para asistir a la inauguración de un congreso internacional, el quinto ya, sobre las víctimas del terrorismo (¿irán a tratar ahí los casos de Atenco y la APPO?). La segunda noticia tenía que ver con la que, en ese día, se estaba convirtiendo en una víctima más del terrorismo de Estado implementado por ambos presidentes. Se trataba de la detención y expulsión, por demás violatoria de los derechos humanos, de un destacado académico de la patria de Gabriel García Márquez que realizaba una estancia posdoctoral en la UNAM.

En principio, hay que subrayar que para los artistas, académicos e intelectuales que visitan las instituciones públicas de educación superior mexicanas, no es algo novedoso lo que está haciendo la derecha que ahora encabeza el hijo de Luis Calderón Vega. En efecto, especialmente para algunos nicolaitas, esto que le sucedió al sociólogo colombiano es algo que ya nos ha tocado vivir. Lo comenté en un artículo publicado en La Jornada Michoacán el año pasado (11-junio-08, p.2). Ahí cuestioné la actuación de los agentes del Instituto Nacional de Migración que detuvieron y encerraron por varias horas, en 2004, a un destacado intérprete de música clásica, originario de Venezuela, que había venido a Morelia a un encuentro internacional. Seguramente que los celosos vigilantes de los extranjeros que se introducen al país pensaron que dicho artista era partidario de Hugo Chávez. Nada más alejado de la realidad. El joven virtuoso era alguien que estudiaba en Europa y pertenecía a los círculos contrarios al actual presidente de la nación de Rómulo Gallegos.

Al parecer, la actuación de la dependencia migratoria federal así sigue siendo. En aquellos años, cuando gobernaba este país el ahora flamante doctor honoris causa de una universidad norteamericana (ligada a la trasnacional refresquera más famosa del mundo) se entendía que así lo hicieran. Era tanta la falta de cultura y la enemistad con la inteligencia por parte del cónyuge de Martha Sahagún, que cualquier académico, intelectual o artista era enemigo potencial y había que combatirlo o declararle la guerra. En el camino, por esta actitud irracional, atropellaron aún a aquellos que compartían sus posiciones políticas e ideológicas conservadores y reaccionarias. El miedo era hacia el pensamiento, hacia la creatividad humana.

Ahora, con el michoacano viviendo en Los Pinos, la política migratoria parece haberse refinado. Es de suponer que por la forma de llegar al cargo, por la falta de legitimidad y por tantos problemas acumulados y no resueltos, se tiene en una lista negra a los peligrosos e indeseables extranjeros (académicos, intelectuales y artistas) que están en México. Más si mantienen posturas críticas hacia gobernantes del mismo signo ideológico reaccionario. A su homólogo colombiano, Calderón lo tiene que apoyar en todo lo que pueda. Ya lo hizo cuando prácticamente justificó la masacre del ejército de aquel país sudamericano en territorio ecuatoriano, y en donde murieron varios estudiantes mexicanos. No hubo ninguna protesta formal del espurio ante esta barbarie de la que fueron víctimas varios jóvenes de la UNAM. Desde la óptica de los que tratan infructuosamente de gobernar este país, el pertenecer a una universidad pública es sinónimo de guerrillero potencial y, por lo tanto, es casi un enemigo al que hay que combatir.

El último servicio prestado por Calderón a Uribe es, por supuesto, el caso de Miguel Angel Beltrán Villegas. Según una nota de Excélsior (24-V-09), la Fiscalía de Colombia presentó 200 pruebas que vinculan a este sociólogo con las FARC y, además, lo acusa de ser parte de la Comisión Internacional de ese grupo armado. Para completar el cuadro, según la mencionada nota, el académico expulsado de México fue comisionado por el dirigente Raúl Reyes (ya fallecido) para buscar estudiantes universitarios en países latinoamericanos e incorporarlos a los grupos subversivos (de ahí, según los voceros del gobierno de Uribe, los vínculos de Beltrán Villegas con Lucía Morett).

Sin embargo, en la misma nota de Excélsior se destacan las investigaciones del sociólogo acusado de guerrillero. Ahí se dice que en la UNAM hay constancia de que el tema de su tesis doctoral fue El Movimiento de Liberación Nacional: historia de un recorrido hacia la unidad (México 1957-1967), la cual asesoró Ignacio Sosa Alvarez, destacado profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la máxima casa de estudios de nuestro país. También se dice en el periódico citado que Beltrán Villegas, adscrito a la Unidad Académica de Sociología de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, obtuvo permiso de su consejo para realizar su estancia posdoctoral en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la FCPyS.

Este peligroso pensador colombiano, además, tuvo el poco tino de tener a otra peligrosa y subversiva intelectual y además militante de izquierda como su tutora. Me explico para los que no conocen de estos asuntos de las estancias posdoctorales en instituciones de educación superior públicas. En los tiempos actuales es una necesidad la movilidad de aquellos profesores-investigadores que tienen ciertas condiciones laborales y ciertos méritos académicos. Muchos de ellos aprovechan sus años sabáticos para ir a otras universidades (nacionales o extranjeras) para llevar a cabo trabajos de investigación y de docencia. Aquí, en la UMSNH, para no ir muy lejos, cada día es una práctica más común. Por estas circunstancias y hasta exigencias, los profesores se mueven constantemente.

Este es el caso del supuesto integrante de las FARC, quien propuso, y se lo aceptaron, un proyecto de investigación sobre la oposición de derecha al proyecto cardenista en la década de 1930. Además, su peligrosidad aumenta aún más para los intereses de los que actualmente usurpan la Presidencia de la República, pues Beltrán Villegas es autor de numerosos estudios sobre el conflicto armado, los cuales enfoca desde una perspectiva de izquierda, en un contexto donde según algunos de sus compañeros de cátedra, priva la autocensura en el medio académico.

Por si no fuera suficiente lo anterior para que Calderón castigara a un intelectual crítico del gobierno de Uribe, el hecho de que la tutora fuera Raquel Sosa Elízaga fue la gota que derramó el vaso para la ultraderecha mexicana. Matamos dos pájaros de una pedrada, han de haber pensado y dicho los que se robaron la elección presidencial de 2006. Quedaban bien con su homólogo y solitario gobernante reaccionario de Colombia, al mandarle en charola de plata a uno de sus enemigos. También enviaban un mensaje a Andrés Manuel López Obrador, pues Raquel Sosa es, además de una destacada académica de la UNAM (licenciada en Sociología, maestra en Estudios Latinoamericanos y doctora en Historia; profesora invitada por universidades de América Latina, Asia, Africa, Europa y Estados Unidos; autora de 120 textos sobre historia, pensamiento social, educación, violencia y pobreza en México y América Latina), integrante del gabinete legítimo del tabasqueño y una de las más activas defensoras del patrimonio petrolero nacional.

Una última información sobre el colombiano doctor en Sociología que cumplía su estancia posdoctoral en la UNAM y sobre su tutora. Ambos fueron y/o son militantes de organizaciones legales de izquierda (Beltrán Villegas en la Unión Patriótica, organización prácticamente exterminada en su país en los años 80, y Sosa Elízaga, que empezó su militancia desde 1974 en el Partido Comunista, luego con el PSUM, PMS y hasta hoy en el PRD). Por todo lo comentado sobre el ahora detenido en cárceles de aquel país sudamericano y por lo que hemos dicho de la cercana colaboradora de López Obrador, se confirma, pero al revés, lo que la derecha decía de éste. Calderón y Uribe son verdaderos peligros no sólo para México y Colombia, sino para el mundo. ¡Hay que tener cuidado con ellos!


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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com