PRESOS LOXICHA EN OAXACA ACUSADOS DE SER DEL EPR

Acusados por pertenecer al EPR PEDRO MATIAS Jueves 21 de Mayo de 2009 22:37 A casi 13 años de ser detenidos y acusados de pertenecer al Ejército Popular Revolucionario, los 12 indígenas zapotecos de la región Loxicha que aún permanecen en la Penitenciaría Central, reiteraron que “jamás pertenecimos a esa organización armada”, muestra de ello es que el grupo insurrecto nunca los reivindicó ni realizó acciones violentas para exigir su libertad. Así lo declaró, desde el penal de Ixcotel, el ex presidente municipal de San Agustín Loxicha, Agustín Luna Valencia, al dar conocer que a partir de esta fecha “los presos políticos y de conciencia de la Región Loxicha se deslindaron públicamente del abogado del Bufete Jurídico Popular, Israel Ochoa Lara, y del dirigente de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos, Juan Sosa Maldonado. Luego de resaltar que “no somos trofeos, ni bandera política, ni botín de nadie, ni menos permitiremos que lucren con nuestro dolor”, los supuestos eperristas informaron que el coordinador de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, Francisco Wilfrido Mayrén Peláez, conocido como el Padre Uvi, y el Centro de Derechos Humanos “Bartolomé Carrasco”, asumirán su defensa legal y política. En la entrevista realizada en el penal de Ixcotel, los presos Álvaro Sebastián Ramírez, Agustín Luna Valencia, Abraham García Ramírez, Fortino Henríquez Hernández, Ricardo Martínez Henríquez, Urbano Ruiz Cruz, Marino Ambrosio Martínez, Estanislao Martínez Santiago, Cirilo Ambrosio Antonio y Justino Hernández José, reiteraron: “no pertenecemos al EPR”. El Padre Uvi, quien es apoderado legal de la arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, reforzó esta postura porque “si fueran del EPR, desde el primer momento los hubieran reivindicado y hubieran luchado por ellos o ejercido acciones de todo tipo como las han hecho a nivel nacional con sus mitantes (Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez). Y añadió: “Los Loxicha son simplemente parte de un pueblo pobre que tomó conciencia de sus necesidades, que se organizó y quería luchar dentro de los cauces civiles, institucionales y pacíficos para lograr una vida mejor, ese es su delito”. El también párroco de Xochimilco acusó al Estado de incriminar a gente inocente porque “cuando se vive en situaciones cómodas, tanto para comer como para dormir y desarrollar la vida, no siempre se entiende que la gente está en situaciones límites, de hambre, de miseria, de exclusión, entonces, cuando alguien alza la voz y se organiza y lucha, el Estado siempre piensa en lo peor, sobre todo si hay algunas gentes oficiosas que de repente dicen mentiras y arman escenarios de represión como ocurrió en los Loxicha”. En su primera aparición como defensa de los presuntos eperristas, el Padre Uvi adelantó que “vamos a luchar por su libertad porque no es posible que en este país, la gente que menos tiene y que su delito es ser pobre, se organizarse y luche dentro de los cauces institucionales, legales y pacíficos, todavía se les condene en hechos que jamás participaron”. El 28 de agosto de 1996 irrumpió violentamente el EPR en las bases militares, de la marian y de policía en la Crucecita, Huatulco, Tlaxiaco y la capital de Oaxaca, hechos que dejaron 14 muertos. En respuesta, el 25 de septiembre de 1996, el Estado mexicano reprimió a las comunidades de la Región Loxicha donde detuvo a unos 200 indígenas, al considerarla el “bastión del EPR.