viernes, 15 de mayo de 2009

LA LUCHA MAGISTERIAL , CONTRACORRIENTES

LA LUCHA MAGISTERIAL,EDUCACION Y EL CAOS

Educacion,el caos.Jorge Vega Aguilar


Etapas de la lucha magisterial.

“El movimiento magisterial –surgido en 1980-, nació con dos demandas básicas: democracia sindical y aumento salarial”.
“Pero el 25 de noviembre de 2006 marcó el fin de la etapa de ascenso del movimiento popular y el principio de instauración del viejo orden institucional”, refiere Isidoro Yescas Martínez -Investigador del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca –IISUABJO-.
El autor del libro Movimiento Magisterial y Gobernabilidad en Oaxaca, señala que, el movimiento magisterial ha vivido cinco etapas decisivas:
La primera, entre mayo y junio de 1980, cuando por vez primera los maestros oaxaqueños desafiaron el poder del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE y su grupo hegemónico, Vanguardia Revolucionaria, para democratizar su sección sindical y obtener un incremento salarial.
La segunda, en 1986, cuando los maestros volvieron a levantarse contra estos mismos adversarios para exigir la realización de su congreso seccional.
La tercera, en 1999, en el marco de la descentralización de los servicios educativos, que abrió paso a la incorporación de los maestros sindicalizados al aparato administrativo del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca –IEEPO-.
La cuarta etapa fue en 2005, durante la disputa por el control seccional protagonizada por las corrientes sindicales que concluyó con la separación de la Sección 22 de un sector de maestros que luego constituyeron el Consejo Central de Lucha –CCL–, antecedente de la Sección 59.
Y la quinta, a partir de mayo del 2006, respaldada por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca -APPO- que impulsó como demanda principal la renuncia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz.


Analfabetismo, bajo aprovechamiento escolar, declive del promedio de escolaridad y retroceso en eficiencia terminal, reconoce la propia Sección 22

A 29 años de la “insurgencia sindical y política” escenificada por el magisterio oaxaqueño, la dirigencia de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), reconoce que “Oaxaca está por debajo de todos los promedios nacionales en los indicadores de analfabetismo, aprovechamiento escolar, promedio de escolaridad y eficiencia terminal”.
Sin embargo, los dirigentes magisteriales se preguntan: ¿Cuál es el grado de responsabilidad del magisterio en este problema?
Aceptan que, “es más que necesario que el compromiso social del magisterio deba traducirse y ser coherente con su compromiso en la práctica docente”.
Pero también `reflexionan′: ¿De qué nos sirve ser muy democráticos si no estamos dispuestos a cambiar, a privilegiar también el compromiso real que tenemos con la educación de los niños, jóvenes, con los padres de familia, con los pueblos y comunidades para ofrecer más y mejor educación?
Y agregan, “nada cambiará en serio y todo quedará en varios esfuerzos y demagogia pura si no estamos dispuestos a involucrarnos junto a los demás sectores educativos, para recuperar nuestra materia de trabajo y ofrecer al pueblo de Oaxaca una educación mejor, que propicie una formación integral, humanística, crítica, que genere mayores expectativas de vida y de trabajo para los niños y jóvenes”.

Mal de muchos
En ese esquema, el ex secretario general de la Sección 22 del SNTE, Erangelio Mendoza González, reconoce que “hay un elevado índice de reprobación escolar”, pero asegura que, “el problema, no sólo es de Oaxaca”.
Es necesario revisar la situación de otros estados, para conocer cómo están. “El Estado sólo levanta sus estadísticas donde hay movimientos magisteriales para responsabilizar a los mentores del atraso educativo”, indicó. “Si las cosas no cambian habrá más de lo mismo, el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca –MDTEO tiene que hacer honor a su compromiso social con la educación”, destaca a su vez, el Documento de Información, Orientación y Consulta para la Jornada Estatal de Lucha Por la Educación y la Justicia al Pueblo de Oaxaca, elaborado por la dirigencia seccional que encabeza Azael Santiago Chepi.
“Si no cambiamos de actitud, sin renunciar a nuestra legítima lucha política-sindical, si no logramos liberarnos ideológicamente de los contenidos educativos, de la burocracia educativa, de los métodos autoritarios de enseñanza, de imposición de evaluaciones, de rendimiento de informes de rutina, de un sistema establecido, de construcción de planes de clase y de cursos reproductores oficiales que son impuestos, no se podrá hablar de que estamos construyendo una educación alternativa y de transformación de la educación”, indica.

Cambiar para seguir igual
“Nada cambiará en serio y todo quedará en varios esfuerzos y demagogia si no estamos dispuestos a involucrarnos junto a los demás sectores educativos para recuperar nuestra materia de trabajo, la educación, y ofrecer al pueblo de Oaxaca una mejor educación, que propicie una formación integral, humanística, crítica, que genere mayores expectativas de vida y de trabajo para los niños y jóvenes”, agrega.
El extenso documento de 12 páginas, cuya copia obtuvo el reportero, destaca: “En ese bregar de la lucha político-sindical, indudablemente que siempre ha habido maestros y maestras, ya sea en lo individual o colectivamente, que se escapan a ese pensamiento enajenante de educación y han puesto en marcha experiencias educativas o pedagógicas distintas”.
Señala que, “no hemos sido capaces de concretar el Proyecto de Educación Alternativa, y lograr que la gran masa de trabajadores de la educación lo asuma como parte de su concepción, en el marco de una discusión y diálogo abierto con la sociedad para analizar”.
Plantea, “¿Qué debe hacerse para superar esta situación de frente a los nuevos compromisos que se deben asumir con el pueblo de Oaxaca que, en el año 2006 luchó contra la imposición, la tiranía y un gobierno que no le interesa la educación?”.
En ese contexto, Samael Hernández Ruiz, especialista en el tema educativo, establece la hipótesis de que, “la demanda insatisfecha no explica la postura de la Sección 22 del SNTE en el 2006, porque el gobierno del estado trató de construir una respuesta a los planteamientos de los maestros, similar a lo que hicieron otras administraciones y además, parecida a la del 2005, cuando obtuvo buenos resultados”.

Las demandas
Autor del libro Insurgencia Magisterial y Violencia Gubernamental en Oaxaca, el investigador señala que, desde el inicio del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca, quedaron claramente planteadas algunas de las principales demandas del magisterio: pago de los salarios atrasados, aumento salarial y democracia sindical.
“En un primer momento, todo un periodo de la lucha de los mentores de Oaxaca se centró en la democracia sindical que combinaba la crítica al charrismo con la exigencia del reconocimiento de su comité ejecutivo seccional electo democráticamente.

El éxodo
“Por respeto a la base magisterial de la sección 22 del SNTE”, el ex secretario general del gremio, y ahora integrante de la sección 59, Humberto Alcalá Betanzos, se abstuvo de emitir una opinión acerca del movimiento magisterial, del cual fue partícipe.
“Tendrán que ser los dirigentes actuales quienes hagan una evaluación”, indicó.
Mientras, el documento de información de la sección 22 del SNTE señala que “no se ha logrado que la inmensa mayoría de mentores y mentoras cambien de manera responsable sus concepciones ideológicas, burocratizadas, autoritarias, de ser una correa de transmisión de la ideología dominante que la clase en el poder impone a la educación, a través de todas las disposiciones superiores, que en su mayoría se acatan sin que medie una reflexión crítica y colectiva”.
“Somos nosotros, el magisterio democrático oaxaqueño el sector que debería estar a la avanzada de la lucha por una verdadera educación de calidad al servicio del pueblo, dado que constituimos una pieza clave por estar en contacto directo con la población”.
Y Mendoza González, por su parte, afirma que la situación actual de la educación en Oaxaca no sólo es responsabilidad de de los mentores, sino también de los padres de familia, del gobierno que no se preocupa por las condiciones en que laboran los mentores en las comunidades marginadas, o si los niños están bien nutridos.
“Como magisterio, no podemos asumir la responsabilidad plena de esa situación”, reiteró.


Los dirigentes

Siete dirigentes ha tenido la Sección 22 del SNTE a partir del surgimiento del movimiento magisterial hasta el 2008, cuando llegó Azael Santiago Chepi.
Pedro Martínez Noriega
–después de haber encabezado durante dos años una Comisión Ejecutiva desde 1980-, fue electo secretario general para el periodo 1982-1985.
Rechazó la normatividad establecida en los estatutos del SNTE y, en lugar de esta, aprobó los Principios Rectores –un conjunto de normas para sancionar y castigar las conductas políticas y sindicales del gremio magisterial-, y determinó integrarse a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación –CNTE-.
En 1985, al aproximarse la elección del nuevo Comité Ejecutivo seccional, el CEN del SNTE, encabezado por el líder vitalicio de Vanguardia Revolucionaria, Carlos Jonguitud Barrios, condicionó la expedición de la convocatoria para la Sección 22 a la integración de cuadros vanguardistas en la nueva dirigencia seccional.
La disidencia se opuso y el CEN del SNTE canceló la realización del Congreso, lo cual condujo a la reelección de Martínez Noriega.
Hubo una larga jornada de lucha, que incluyó un paro de labores y movilizaciones estatales y, a nivel nacional, pero al final no se logró nada. Entonces Martínez Noriega continuó al frente de la Sección 22 del SNTE hasta 1989.
Pero el escenario para el magisterio oaxaqueño cambió favorablemente, tras la decisión del entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, de desconocer a Jonguitud Barrios y llevar al CEN del SNTE a Elba Esther Gordillo Morales.
Con ella a la cabeza de la dirigencia nacional del magisterio, por fin fue aprobada la convocatoria para renovar el Comité Ejecutivo de la Sección 22 del SNTE, en un congreso presidido por “los charros”.
Así llegó Aristarco Aquino Solís, en cuyo periodo comenzaron a posicionarse las corrientes políticas magisteriales.
A mediados de 1992, paralelamente, el entonces gobernador Heladio Ramírez López firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal y fue creado el IEEPO, a partir de ahí se dio la renovación de la dirigencia magisterial oaxaqueña.
Impulsado por la Coordinadora Democrática del Magisterio Oaxaqueño –CODEMO- Erangelio Mendoza llegó a la secretaría general de la Sección 22 del SNTE para el trienio 1992-1995.
A partir de entonces, promovidos por las corrientes políticas, llegaron a la dirigencia magisterial Luis Fernando Pacheco Girón -1995-1998-, impulsado por Praxis-Cocei; Humberto Alcalá Betanzos –1998-2001–, apoyado por Coordinadora de Bases; Alejandro Leal Díaz -2001-2004- de la Coordinadora Magisterial Oaxaqueña –COMAO- y, en mayo del 2004, se aliaron las corrientes CODEMO, Unión de Trabajadores de la Educación –UTE- y Praxis-Cocei, para llevar a la secretaría general a Enrique Rueda Pacheco.

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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com