lunes, 9 de marzo de 2009

EN OAXACA NO PASA NADA


EL OAXACA DEL NO PASANADA
Víctor Leonel Juan Martínez *

A un día monótono otro

monótono, invariable sigue: Pasarán

las mismas cosas, volverán a pasar

los mismos instantes nos hallan y nos dejan.

Konstantino Kavafis

Reviso los diarios; salgo a caminar por las calles; escucho los noticiarios radiofónicos; consulto los sitios de internet. Nada, no encuentro un tema para abordar. Tal pareciera que la propaganda gubernamental de enoaxacanopasanada tiene firme sustento.

¿Cómo están las cosas?, pregunto a amigos, colegas, a personas que me encuentro en las calles. "Todo tranquilo", "sin novedad", "como siempre", "igual", "normal", son las respuestas reiteradas que encuentro.

Algunos exabruptos por esos "hijos de la chingada consejeros del IFE que se aumentaron el sueldo"; o "pinches gringos, presumen que agarran a 750 narcos, pero en dos años". De Oaxaca nada. Si acaso los rumores "El Peje se viene a vivir a Oaxaca". La monotonía priva.

Y todo indica que tienen razón. Parece que no hay nada nuevo que decir en Oaxaca. Una rápida lectura de los diarios lo confirma: son las noticias de siempre, en el mejor de los casos con nuevos protagonistas, "las nuevas caras de un viejo desastre", parafraseando a Vallejo; pero en su mayoría son los mismos personajes, aunque algunos hallan mudado de piel partidaria.

Así me encuentro que, mientras la Auditoría Superior de la Federación y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, señalan presuntas irregularidades en la gestión como presidente municipal interino de Manuel de Essesarte; sus compañeros de partido en el Ayuntamiento de Oaxaca, lo exoneran, y su partido, el PRI, lo postula como candidato a una diputación local por el distrito del Centro.

Nada nuevo, pues. Si Díaz Pimentel, Lilia Mendoza, José Murat, Antonio Yglesias, Raymundo Carmona, los Serrano Toledo, González Manríquez y José Soto, han sido señalados de ser viejos pájaros de cuenta, la exoneración oficial les ha permitido alcanzar candidaturas y cargos. No hay novedad, pues, en tal hecho.

Otra nota anuncia la presentación de pruebas de fraude en las obras de Avenida Juárez, en la capital estatal. Aquí podría encontrar algo novedoso, no de los alcances de Herrán Salvati en sus corruptelas chiapanecas, pero algo puede salir. Leo con atención. El señalado de orquestar el fraude es el subsecretario de Obras Públicas, Alfredo Juan Carreño León, quien está inhabilitado hasta el 2023 para ocupar un cargo público, por la Secretaría de la Función Pública, acusado de presunta corrupción y peculado cuando fue director general de Inmuebles y Mantenimiento del Consejo de la Judicatura Federal.

Lo "novedoso" del asunto deja de serlo. No es el primer caso de personajes inhabilitados para la función pública que son arropados por el gobierno estatal. El extinto Miguel Ángel Cuéllar, de ser inhabilitado por el gobierno federal por presunta malversación de fondos de la Sedesol, pasó a directivo del PRI estatal, y luego a alto funcionario de los gobiernos de José Murat y Ulises Ruiz.

Alejandro Avilés, suspendido, aunque éste para no ocupar cargos en el gobierno local, se refugió en el PRI para, concluido el plazo por el que fue sancionado, reaparecer como diputado y luego como coordinador de delegaciones de gobierno. Como ejemplos sobran, veo que es otro tema trillado en Oaxaca.

Más aún. La corrupción es materia común en Oaxaca. Lo mismo ediles, que funcionarios altos y medios, son señalados de incurrir en ella, en muchos casos con pruebas contundentes sin que nada suceda. La impunidad es la constante. Como en el publicitado caso de Aurora López Acevedo y otros funcionarios de la COTRAN a inicios de este sexenio; tras el escándalo fueron absueltos. Con gran probabilidad eso pasará con este caso. Nada nuevo.

Sigo buscando. Encuentro que hace un par de semanas Héctor Sánchez renunció a la Comisión para la Reforma del Estado (CEREO) y se postuló como candidato a diputado federal por el PSD. ¿Saltimbanqui?, ¿mercenario de la política? Sí, pero no es el único. En las listas de todos los partidos aparecen ex miembros de otros: Francisco Vásquez, ex priista, hace campaña en el PAN; José Soto, antes del PRI, ahora va por Convergencia; el ex panista Salvador Santos Sierra, va por el PRD; Jorge Gómez Regalado, el juchiteco conocido como Amaranta, quien fuera candidato por el PASDC, ahora lo hará por el PRD.

Y la lista sigue. Incluso, quienes siempre han militado en uno, como los priistas, difícilmente se librarían de esos calificativos. ¿No de talibanes y porros legislativos es la bien ganada fama que obtuvieron: Héctor Pablo Ramírez, Elpidio Concha, Heliodoro Díaz y demás? Pues bien, ahora son otra vez candidatos a una curul federal. Lo dicho, lo mismo de siempre.

El desconocido nuevo encargado de ese elefante blanco que es la CEREO, acusa al Congreso estatal de incapacidad legislativa porque se encuentran congeladas 11 iniciativas enviadas por ese organismo.

Pero, si son actores de la misma farsa; ni la CEREO es un organismo autónomo, garante de iniciativas para mejorar el marco jurídico-institucional del estado, ni el Congreso es factor de equilibrio entre poderes.

El rezago legislativo no es de 11 iniciativas, es de décadas; y no es sólo por incapacidad. Obedece también a una estrategia gubernamental de mantener el statu quo, que las viejas y corroídas estructuras se mantengan para preservar el estado autoritario, de impunidad y corrupción.

Es decir en-oaxaca-no-pasa-nada desde hace rato y, desde las más altas esferas del poder, con la complicidad de políticos y partidos, se alienta para que siga todo igual.

La APPO realiza su Congreso, parece ser la oportunidad de reconstituir un movimiento que puso en jaque al régimen en 2006.

Aquí seguramente habrá mucho que decir, pienso. Topo con pared. Las contradicciones entre ese cúmulo de organizaciones y actores que conformaron esa entelequia que en 2006 creó como ícono de lucha a una inexistente asamblea de pueblos, fueron las que salieron a flote; esas mismas que llevaron al aparentemente poderoso movimiento a la debacle, se presentaron ahora.

Ni siquiera que se reconocieran y auto reconocieran en los epítetos con que se acusaran entre las facciones, es novedad; ya en otros espacios públicos lo habían hecho antes.

Tampoco, en el contraste, lo son las imágenes bucólicas que siguen viendo una comuna que no hay o las descalificaciones a ultranza, que no ven la inconformidad social que dio lugar a esas movilizaciones. Pero tampoco es nada nuevo.

Los que no están en alguno de esos bandos, la parte más lúcida de la APPO, no tiene la fuerza corporativa ni ha creado aún las bases sociales organizadas para enfrentarlos.

La energía y participación social generada a partir de la APPO son echadas por la borda.

Prevalecen, como hace décadas, como en los momentos cruciales del 2006, los intereses sectarios, los otros. Sin novedad.

Movilizaciones, cierre de carreteras, ahora por vecinos de la Colonia Vicente Guerrero; antes por taxistas que señalan que la COTRAN da concesiones irregulares, ¿novedad?; toma del IEEPO por estudiantes de la Normal Bilingüe; estultas declaraciones de dirigentes empresariales de que la crisis económica mundial no afectará a Oaxaca porque "no somos un estado industrializado", como si no fuera en una aguda crisis política y socioeconómica en que vivimos hace rato ya; pretensiones del alza del pasaje; un sindicato universitario paralizando actividades académicas en la UABJO ante la pasividad de sus autoridades; el magisterio paralizando clases uno, dos, ¿importa cuántos días más?; nuevas acusaciones contra el Gobierno estatal por violaciones a los derechos humanos; se anuncia la enésima polarización de un conflicto limítrofe entre comunidades.

Todo forma parte de la "normalidad" oaxaqueña. Lo mismo que la violencia creciente, que antes asombraba e indignaba, ahora se percibe como parte del acontecer diario.

Así, el Oaxaca-del-no-pasa-nada se convierte en el paraíso del autoritarismo, corrupción e impunidad; y no sólo de la clase gobernante, sino del séquito de actores que parasitariamente han hecho de esas características del sistema político, una forma de vida.

Por eso, la efervescencia social que cotidianamente se vive, se toma como expresión monótona de esa negociación permanente de actores por prebendas.

No se percibe, o no se quiere ver, la inconformidad social, el proceso de descomposición, la aguda crisis económica: el estallido social que se sigue gestando, ante esta dinámica que está ahí, y se alimenta a diario con múltiples agravios.

Ante el panorama del Oaxaca-del-no-pasa-nada, realmente ¿No hay nada qué decir?

Comentarios: vicleonjm@hotmail.comEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla

*Catedrático-investigador del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.


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